“De
la ilegalidad a la alegalidad”
En
este artículo pretendo plasmar los cambios en nuestro cine en el
paso de la dictadura franquista a los gobiernos socialistas y de cómo
en este periodo surgen en España diferentes tendencias
cinematográficas con sus propias ideologías, como es el landismo y
el destape.
Debido
a motivos económicos el cine español siempre ha necesitado de la
protección paternalista del estado, por lo que en cierta medida
nuestro cine está ligado al devenir político y en consecuencia, a
quienes ostentan el poder. Se pasa de la censura de la dictadura
franquista a la aparente libertad socialista con un trasfondo de
tiranía económica con sus limitaciones, que tienen como efecto la
reducción de producciones.
En
un esfuerzo por obtener cierto reconocimiento exterior, el cine
español pasa por una transición purificativa que intenta
liberalizar nuestro cine de subgéneros enraizados en tópicos de la
cultura española, lo cual se tradujo en una perdida de personalidad
en pro de una igualación europea.
Vamos
a hacer tres distinciones en géneros cinematográficos de la
transición:
LAS
IMÁGENES DE LA HISTORIA:
Tras
la muerte de franco muchos directores creyeron atisbar un marco
propicio para romper su largo silencio, aquellos directores que en
tiempos pasados aprendieron a criticar el sistema con artificios, se
encuentran en un nuevo cine sin censura al cual no supieron
enfrentarse a esta libertad. Durante la etapa franquista el hecho de
ver algunas películas enfrentadas al sistema era de por si un acto
de rebeldía, y a la muerte de este sistema, estas películas de
línea argumental en contra de la dictadura ya no tenían las mismas
connotaciones políticas y el cine va a pasar a ser un simple
entretenimiento.
Durante
esta época también se dio el desarrollo del cine documental en
contra de los reportajes de TVE que eran consideradas autenticas
armas de propaganda franquista y sobre este genero cabe destacar El
oro del PCE, en la que Andrés Linares captó 2 fiestas del partido
comunista para mitigar la imagen radical del partido a través de
escenas cotidianas y distendidas. También destaca de este género el
documental de Cecilia y José Juan Bartolomé “después de…” en
el cual se vive la evolución política a través de la gente de la
calle, tanto de un extremo como del otro, de esta producción se
puede sacar en claro la gran distancia entre la política y la
sociedad y sus distintas ramas.
También
en el cine hay una presencia no muy agradable, esta es la presencia
del grupo terrorista ETA que es representado en algunos casos como
héroe y en otros casos como villano, hecho de esta forma para
justificar las dos posturas.
Dejando
de lado este género, hay que hablar también sobre el genero al que
llamamos de reconstrucción histórica, es decir, con expresa
voluntad de contar un episodio histórico, del cual destaca Juan
Antonio Bardem destacando entre sus obras “siete días de enero
(1978) donde denuncia como un comunista padece la conspiración de la
ultraderecha contra un despacho de abogados laboristas en atocha y
otros sucesos relacionados. También destaca “Resultado final”,
también de Bardem, que no es sino un recorrido a través de los
cambios políticos de la transición en la piel de su protagonista,
en la que cabe destacar el símil entre el trágico final del
protagonista
y
la fecha en cuestión, la victoria electoral del PP. No obstante, las
mediocres interpretaciones y el carácter demasiado panfletario de
las películas hacen que carezcan de demasiado interés.
En
cuanto a la última amenaza del régimen socialista (el 23-F) cabe
mencionar, a parte de las difusiones televisivas, el cortometraje
realizado por J.L Morales y J.C.Rivas “operación miguelete”
donde se observa la situación de insatisfacción de un amplio sector
del ejército que no había experimentado una renovación ideológica
suficiente como para adaptarse al nuevo gobierno.
A
partir de estos hechos toda alusión al pretérito deja de ser digna
de mención salvo tres casos concretos: “el caso Almería” (sobre
el asesinato de tres jóvenes etarras por parte de la guardia civil),
“asalto al banco central” película centrada en el atraco
producido en mayo de 1981 y “la noche más larga, sobre los últimos
condenados por la dictadura.
LA
HISTORIA COMO REFERENTE:
Sobre
este epígrafe hablaremos sobre las películas de diversa ideología,
sin pretensión de reconstruir los acontecimientos históricos sino
simplemente basarse en ellos para crear una ficción que refleje el
mensaje político de trasfondo. De las dos ideologías hay
representación fílmica y de ambas voy a hablar por separado:
Por
un lado, directores de la derecha, llenos de ira por la pérdida de
su hegemonía
Cinematográfica
llevaron a cabo una serie de obras con un carácter muy agresivo , de
este tipo es por ejemplo “ un cero a la izquierda”, de Gabriel
Iglesias, el punto central de ataque era el gobierno de Adolfo
Suárez.
De
una tendencia derechista menos agresiva también nos encontramos
películas vota a Guisalvo, de Pedro Lazaga, en la que se refleja
perfectamente la ideología con la incertidumbre de la sociedad y de
cómo se crean partidos sin una idea clara para el enriquecimiento
personal en un momento propicio. También tienen esta fórmula obras
de Rafael Gil como “la boda del señor cura” o “y al tercer año
resucitó” y también películas de Mariano Ozores como “que
vienen los socialistas” o “todos al suelo” en las cuales se
hacen alusiones explícitas sobre la realidad política en un tono
siempre despectivo.
En
el lado opuesto a estas producciones estaba el “amarillismo de
izquierdas” de cineastas como Eloy de la Iglesia, Paulino Viota o
Antonio Drove, que mantenían una actitud radical y rupturista tanto
en la forma como en el contenido. Su propósito era denunciar el lado
menos visible y marginal de nuestra democracia. En definitiva,
manifestar que la Transición no constituía sólo un cúmulo de
éxitos políticos, sino que había una realidad social marginada y
reprimida. Un ejemplo manifiesto de esta combatividad es el trabajo
de Eloy de la Iglesia. Sus películas, de elevado éxito
comercial,
son melodramas desagradables de ver que reflejan los problemas de las
clases populares; es la estética de lo oprimido. En El
diputado (1978),
critica la hipocresía de la izquierda que alardea de su mentalidad
progresista pero rechaza al igual que la derecha la homosexualidad, y
más si se pertenece al ámbito público. La
mujer del ministro (1981)
es un golpe, excesivamente tosco y obvio, a la clase alta denunciando
escándalos financieros y la manipulación del proletariado para su
propio beneficio. En ésta, como en la anterior, realiza una
interpretación de la realidad un tanto polémica, ya que utiliza
argumentos sexuales. Otras como Miedo
a salir de
noche
(1979),
tratan el tema de la inseguridad ciudadana introduciendo elementos
reales como carteles propagandísticos o noticias de atentados. La
opinión del director acerca del tema queda expresada de forma
subliminal en boca de Don Cosme, personaje liberal que afirma que la
culpa de todo la tiene el “lobo feroz” (suponemos subjetivamente
de quién puede tratarse). Lo más sarcástico es que éste termina
muerto accidentalmente en manos de un guardia de seguridad.
También
destaca la obra de Paulino Viota “con uñas y dientes ”que aborda
en el argumento la lucha entre obreros y patrones como es así en la
película “según Hopewell” por ejemplo,…
Otros
cineastas cultivaron la comedia costumbrista para abordar
frontalmente los problemas de la transición. La formula de Jose Luis
Garci y Jose Maria Gonzalez Sinde dio origen a melodramas de
personajes nostálgicos y autocompasivos, pertenecientes a una
generación de progres antifascistas que ahora viven en posiciones
acomodadas pero insatisfechos.
No
podemos cerrar este apartado sin mencionar películas de tendencia
cómica como “el puente” de Bardem, “las truchas” de Jose
Luis Garcia Sánchez,” Los fieles sirvientes” de Francesc Betriu.
DE
REFLEJO SOCIAL:
El
tercer y ultimo apartado en el que he divido el cine en este periodo
es en el que se describen situaciones y personajes de la cotidianidad
española.
Destacan
en primer lugar obras de la modernización económica promovida por
los aperturistas que ven la necesidad de adaptarse a la nueva
realidad. La más significativa es “los nuevos españoles” de
Roberto Bodegas, en esta película se desarrolla sobre todo la idea q
la política proteccionista se va abandonando en pro de la inversión
extranjera y la regeneración del sistema financiero e industrial.
También destaca “las verdes praderas” de Garci.
Después
encontramos películas que tratan la diferencia ideológica entre
padres e hijos como por ejemplo “Colorín, colorado”, superando
esta tendencia surge la comedia madrileña con “tigres de papel”
de Fernando Colomo y se consolida con “Pepi, Luci, Bom y otras
chicas del montón” de Almodóvar basándose en autores como Woody
Allen para reflejar el estilo de vida de una generación
inequívocamente urbana que disfruta o padece la transición política
y de cómo esta juventud va alcanzando puestos de poder. Pedro
Almodóvar será el encargado de trasladar a la pantalla el “todo
vale” de una generación un tanto desconcertada, con una estética
de lo gratuito y lo cutre. De este modo, plasma cinematográficamente
una nueva forma de entender la vida
eliminando
el desencanto provocado por la modernidad de la vida política,
social y cultural, que no había logrado saciar sus utopías. Esta
visión crítica y escéptica ya había sido reflejada, con
anterioridad, en el documental El
desencanto (1976)
de Jaime Chávarri, quien revela la descomposición de la familia
Panero (Leopoldo Panero fue uno de los poetas insignes del
franquismo) y la desmitificación de la figura del padre. Esta
película se convirtió en un símbolo de la época contra la
concepción tradicional de la familia y la autoridad paterna, que
sectores amplios de las generaciones jóvenes identificaban con el
franquismo. Pero no toda la juventud vivía
preocupada
por las nuevas corrientes musicales, cinematográficas o literarias.
El problema de las drogas y el paro, que en muchos casos conducían a
la marginación juvenil, quedó reflejado en películas como Perros
callejeros (1976)
de José Antonio de Loma o Deprisa,
deprisa (1980)
de Carlos Saura.
También
hay que señalar, por último, el protagonismo que va adquiriendo la
mujer, puesto que su progresiva incorporación a la escena pública
será uno de los cambios más relevantes en nuestra historia
reciente. Hasta entonces sólo aparecía como esposa, madre o amante,
y ahora parece ir adquiriendo protagonismo como ser autónomo gracias
al cambio de mentalidad masculina y a la concienciación de muchas
mujeres por reivindicar su papel. La segunda película de Fernando
Colomo ¿Qué
hace una chica como tú en un sitio como tú en un sitio como éste?
(1978),
muestra las vicisitudes de una ama de casa por salir de un hogar
dominado por un marido machista, enamorándose de un joven cantante
punk.
Las crisis matrimoniales también fue uno de los temas principales
tratados en este periodo, en un momento en que se estaba debatiendo
la aprobación de la Ley del Divorcio. En este sentido cabe mencionar
El
divorcio que viene (1980)
de Pedro Masó, donde plantea el cambio que pueden experimentar las
relaciones de pareja con la aprobación de la ley. Este complejo tema
fue tratado desde una perspectiva más seria por Josefina Molina, una
de las pocas directoras que apareció durante estos años, que
realizó una película impactante sobre el tema, Función
de noche (1981).
El filme tiene como protagonista
principal
a una mujer, que expresa una mentalidad ocultada por una sociedad
patriarcal. Por último cabría mencionar la figura de Pilar Miró,
con su película casi autobiográfica Gary
Cooper
que
estás en los cielos (1980),
que constituye un ejemplo admirable de la lucha que tuvieron que
llevar a cabo muchas mujeres para ser reconocidas. Este tipo de mujer
liberal, que protagoniza la película, supone una minoría pero ya
profetiza un cambio de la situación de la mujer en nuestra sociedad.
Escrito
por: Álvaro Gómez-Chaparro Hernández
BIBLIOGRAFIA:
www.pasadizo.com
www.cultureduca.com
www.unav.es
www.elrincondelvago.com
recursos.cnice.mec.es
www.mcu.com
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