Durante la Europa de los años 20 se desarrollan numerosos
movimientos artísticos que influyen de manera determinante en el cine, como el
expresionismo que acentúa las experiencias subjetivas del ser humano, el
realismo que consistía en la representación gráfica de una figura, objeto o paisaje,
el simbolismo que consistía en plasmar sueños, visiones y pensamientos en el
lienzo, el cubismo en el que se descomponen todos los objetos en formas geométricas…
Además aparece una nueva objetividad que se opone al expresionismo, solo acepta
la forma de representación clara y nítida, el foto-montaje, es decir, la unión
de fotografías o productos impresos en un collage…
Gracias a los movimientos artísticos, numerosos jóvenes
directores, con gran cantidad de ideas teóricas y creativas, ofrecen multitud
de películas que dejarán huella en generaciones posteriores.
En Francia, se asume además
de sus películas un compromiso teórico, impulsando el cine-club. Estos
cine-clubs dieron la oportunidad de difundir los trabajos audiovisuales por
medio de una programación organizada, buscando la calidad. Este
sistema se refuerza con programas de mano, fichas de información e incluso
ensayos, publicando algunos libros y desarrollando nuevas técnicas narrativas
que se anticipan en el tiempo el cine de
espectáculo. Son años dominados por el futurismo y surrealismo de Germaine
Dulac, Luis Buñuel y Salvador Dalí.
Alguno de estos libros y películas son: “Buenos días, cine”
de Jean Epstein en 1921 que habla de las posibilidades creativas de la cámara y
de otros recursos expresivos, la película de “Napoleón” de Abel Gance, en 1927,
ofrece grandes innovaciones técnicas, entre otras la pantalla múltiple,
anticipo del sistema Cinerama.
Los proyectos mas importantes fueron dirigidos por: Lubitsch por “Nosferatu el vampiro” en 1921, Friederich W. Murnau por “Fausto” en 1926, George W Pabst por “La calle sin alegría” en 1925.
A partir de la revolución rusa en 1917, empiezan a aparecer
numerosas e importantes aportaciones teóricas como la objetividad de la cámara,
recogido en el libro “cine ojo” de Vertoy, Lev Kulechov desarrollo la teoría del montaje en sus
laboratorios, y el grupo de la Fabrica del Actor Excéntrico, opuestos a la
objetividad de Veltroy.
Además de estos cabe destacar al gran Sergei M. Eisenstein,
director que supo aprovechar y enriquecerse de las aportaciones de directores
de todo el mundo para construir un cine de gran efectividad plástica e
ideológica. Destacan obras como “La huelga” en 1924 y “Octubre” en 1927.
En otras cinematografías, las aportaciones individuales no
obtuvieron gran éxito.
EL cine italiano por ejemplo, después del éxito conseguido
con las grandes producciones históricas de la década anterior (modelo
peplumentre), solo consiguen una cierta representatividad gracias a la
presencia en sus producciones de ciertas actrices como Francesca Bertini o Lyda
Borelli.
En Suecia se mantiene el drama nórdico, sostenido por
directores como Víctor Siostrom y Mauritz Stiller, directores que marcharan a
trabaja a Hollywood durante esta década, y en la del danés Carl Theodor Dreyer
que firma una de las películas mas importantes de estos años: “La pasión de Juana
de Arco” en 1928.
En cuanto al cine Español, intenta encontrar una cierta
estabilidad industrial y aprovecha ciertos temas populares para consolidar su
producción. Destacan películas como: “La verbena de la paloma”, “La casa de
Troya”…
Escrito por: Raúl Palacios Ramos
BIBLIOGRAFIA
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