El cine llegó a Japón tan sólo un año
después de su invención y los japoneses pronto empezaron a hacer su propio cine
con un denominador común el “el teatro kabuki”. Shozo Makino
considerado el primer director de cine japonés, fue además, el primer cineasta
nipón que rodo una película kabuki en exteriores. Finalmente el cine japonés
empezó a desligarse del mundo del teatro.
Daisuke Ito fue alumno de otro realizador Kaguro Ushanai. El 1 de
Septiembre de 1973 un violento terremoto sacudió Tokio, los sensibleros
melodramas que aparecieron tras el desastre tenía un encanto especial entre la
triste atmosfera que envolvía la ciudad Ito fue uno de los guionistas de esos
melodramas La canción del barquero.
El diario de los viajes de Chuji fuel la explosión de
los sueños y la mordacidad del joven Ito que durante muchos años había
trabajado como guionista a sueldo privado de la posibilidad de elegir la trama
de sus propios argumentos. Con este film el cine japonés dio a luz a su primer
autor independiente.
También
en esa época Teisonuke Ikinugasha, un director de la misma edad de Ito, que
inicio su carrera como actor interpretando papeles femeninos, hizo dos
películas de clara influencia europea. A esta etapa cinematográfica sucedía
otra denominada de “tendencias”.
Frente a una economía deteriorada,
movimientos de protesta en la ciudad y en el campo y una severa represión, las
películas de este género intentaban ilustrar las contradicciones e injusticias
del capitalismo. Sin embargo, la censura y el opresivo clima reinante en los
años previos de la guerra con china, forzaron un rápido cambio en las
tendencias perseguidas.
El cine japonés logro liberarse de los
límites formales o las exigencias ideologices de retratar objetivamente los
verdaderos cimientos de la sociedad japonesa, la vida del individuo del hogar,
así nació la primera edad de oro del cine nipón.
En 1936 cuando Kenji Mizoguchi dirigió Elegía de Osaka y Las hermanas de Gion, varios oficiales intentaron dar un golpe de Estado,
fue un tristemente célebre accidente del 26 de Febrero, el levantamiento fue abortado
pero llevó a Japón al militarismo. No parece un hecho casual que la asociación
de cineastas japoneses se formara justo la víspera del intento del golpe de
Estado.
La asociación de cineastas dio rápidos
frutos, un año después de su formación Tomu Uchida dirigió Imparable avance. 1937 fue también el año en que Japón inició su
cruenta guerra contra china, un acontecimiento que marcó un imparable avance
hacia la
destrucción. El mismo año Shadao Yamanaka dirigió su última película Humanidad y globos de papel con la
muerte como tema eje.
Yamanaka fue llamado a filas y enviado al frente en China donde murió de
una enfermedad un año después a la temprana edad de 28 años. Durante este
periodo los realizadores japoneses siguieron produciendo inspiradas obras a
pesar de la guerra, del gobierno y de las leyes militares, que estaba no
solamente acabando con la vida de los artistas si no con la del propio cine. La
situación se agravó en 1939 cuando entró en vigor la ley del cine similar a la
de la Alemania nazi.
Pero dada la larga tradición con que contaba el cine cómico en
Japón, las parodias del director Kayiro Yamamoto y el actor cómico Yanoken, hicieron furor
durante este oscuro periodo.
En diciembre de 1940 Japón incluyó a
Estados Unidos, Gran Bretaña y a gran parte del resto del mundo a su lista de
enemigos de guerra. Paradójicamente el director de una película concebida para
una llamada al combate más que elevar el sentimiento patriótico sirvió para
despertar el interés por los efectos especiales
que fueron claves para la realización de la serie Gozilla después de la guerra. Pero la película más conmovedora de
todas realizadas durante la guerra El
carretillero a pesar de la censura, el cual destrozó la película, emocionó
al público.
El primer film de post guerra de Akira
kurosawa La juventud no siente pena,
fuera una mordaz crítica contra las autoridades que gobernaban Japón durante el
conflicto así como una esperanza de una vida mejor para su país después de la
guerra.
Ese mismo año y en la misma línea temática,
otro director, Keizuke Kiotzita rodó la
mañana de la familia Ozone. La censura aún existía, las fuerzas de
ocupación había reemplazado el gobierno y a los militares. Japón se enfrentaba
a la confusión social causada por el descontento popular. Pero los directores
que surgieron durante la guerra pudieron dar rienda suelta durante este
periodo a sus energías, largo tiempo reprimidas, produciendo una selecta
cosecha de obras cinematográficas. El premio que recibió Akira kurosawa en
Venecia por Rashomon sirvió como
positivo estimulo para otros directores japoneses más veteranos en el apogeo de
su vigor creativo.
En 1960 durante la época donde obreros y
estudiantes rodeaban el edificio de la junta para protestar por la ampliación
del tratado de seguridad entre Estados Unidos y Japón, se estrena la película Cuento cruel de juventud. Mientras que
para las masas verse en el papel de victimas era algo natural, ciertos
cineastas era crucial combatir esa mentalidad y buscar el camino de la libertad
para el hombre por duro que fuese.
Ese
mismo año el movimiento nouvelle bag francés llegó a los estudios de Japón retirando muchas
películas que se proyectaban por aquel entonces. Por otro lado, una buena parte
de los títulos que estaban filmándose eran producciones independientes. Que
presagiaba el auge del cine independiente y la decadencia de las grandes
compañías. El technicolor llegó a Japón en la década de 1960 y
también lo hace el anime.
El sexo fue un tema tabú antes de y después
de la guerra en el cine japonés. Incluso los besos estaban prohibidos en la
gran pantalla pero a mediados de los 60 el interés por el cine erótico se
consideraba como algo totalmente natural. En este periodo surgió también en
Japón el cine pornográfico de bajo presupuesto “pink movies” tuvieron un gran
éxito de público. En 1958 el cine japonés logró su record de taquilla los años
posteriores la asistencias en las salas experimento un notable descenso.
El primer largometraje de Suji Terayama
utilizó un pequeño sistema de coproducción entre una pequeña distribuidora, la
asociación de teatro artístico y una productora dirigida por el propio Terayama.
Ese mismo año, 1968, otras producciones usaron ese mismo sistema la primera de
ellas La ejecución y de esta forma se puso de moda las
realizaciones coproducidas por nuevos directores independientes, directores
documentales y de televisión.
En 1970 Akira Kurosawa estrena su primera
película en color: Dodes' Ka-Den. Nagisa Oshima dirigió El
imperio de los sentidos
(1976), controvertida película acerca de la historia real de Abe Sada. Oponiéndose radicalmente a la
censura, el director insistió en que la película contuviera material
pornográfico explícito y, como consecuencia de esa decisión, la película no
pudo exhibirse en Japón, y se presentó en Francia. Otro boom de los 70 fue el
cine erótico del “amigatzu” que los estudios lo bautizaron con el nombre de
“Roman-porno” dedicando toda su producción a obras de este género. 60-70 es
considerado como la tercera edad de oro para el cine japonés.
En 1980 Akira Kurosawa dirigió Kagemusha ganadora de la Palma de Oro en el Festival
Internacional de Cine de Cannes. En
1985 Akira Kurosawa realizó su obra Ran. Con un presupuesto de 12 millones de
dólares, fue la película japonesa más cara jamás producida. Ganadora de un
premio Oscar
al mejor diseño de vestuario.
En 1988 Katsuhiro
Otomo adaptó su serie
manga Akira al anime del mismo nombre.
En las décadas de los 80 y 90 llega la
irrupción a gran escala del anime en occidente, entre cuyos principales
exponentes estarían series como Dragon Ball (basada en el manga homónimo de
Akira Toriyama), Saint Seiya (Los Caballeros del Zodiaco), Capitán Tsubasa
(Oliver y Benji), Rurouni Kenshin (El guerrero samurai o Samurai X), Slayers
(Rina y Gaudi), Neon Genesis Evangelion (del director Hideaki Anno), Marmalade
Boy o Kimagure Orange Road, que permitieron el redescubrimiento del tema en
occidente y que en muchos países abrieron el camino a la creación de culturas
otakus propias. Así como también la masificación de las chicas mágicas como
Sailor Moon y Magic Knight Rayearth.
En la década de los 90 Takeshi Kitano se consagra como un
importante cineasta, con obras como Sonatine (1993), Kizzu ritân
(1996) y Flores
de fuego
(1997), esta última Ganadora del premio León de Oro en el Festival de Cine de Venecia.
Takashi Miike inicia su prolífica carrera, realizando más de 50 películas en una década, entre las que se destacan Chûgoku no chôjin (The Bird People in China) (1998), Audition (1999) y Dead or Alive: Hanzaisha (1999).
En la década del 2000 el cine japonés se dedica especialmente en el cine de terror Ringu (1998), Kairo (2001), Dark Water (2002), Yogen (2004); y la serie Ju-on de Takashi Shimizu son realizados en esta década como remake, alcanzando éxito de taquilla.
Takashi Miike inicia su prolífica carrera, realizando más de 50 películas en una década, entre las que se destacan Chûgoku no chôjin (The Bird People in China) (1998), Audition (1999) y Dead or Alive: Hanzaisha (1999).
En la década del 2000 el cine japonés se dedica especialmente en el cine de terror Ringu (1998), Kairo (2001), Dark Water (2002), Yogen (2004); y la serie Ju-on de Takashi Shimizu son realizados en esta década como remake, alcanzando éxito de taquilla.
Escrito por: Luis David Cánovas Quiles
omoshiroi desu
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